Más de un millar de personas se movilizaron este domingo en Esquel , en reclamo de la represión sufrida por decenas de ambientalistas que se manifestaban contra de la megaminería a cielo abierto en Rawson cuando Patotas pro mineras de la UOCRA dejaron decenas de heridos. También hubo movilizaciones en El Bolsón

El pasado Martes 28 de Octubre decenas de asambleístas del movimiento “No a la Mina” y vecinos de la ciudad fueron gravemente heridos por trabajadores de la UOCRA (Unión Obrera de la Construcción), en las inmediaciones del congreso provincial en Rawson, Provincia de Chubut.

El ataque de las patotas del gremio de la construcción liderado por Gerardo Martinez, ex agente de inteligencia del Batallón 601 durante la última dictadura militar, se produjo en medio del intento por parte del oficialismo local de derogar la ley 5001 que prohíbe la megaminería en Chubut; producto directo del plebiscito realizado en marzo de 2003, en la ciudad de Esquel, en el cual aproximadamente el 81% de la población votó en contra de la instalación de una mina.

La intención del gobernador Martin Buzzi, en complicidad con ex-intendente de Puerto Madryn y hoy diputado kirchnerista Carlos Eliceche, es imponer un nuevo marco regulatorio en función de rezonificar la provincia, decretando “área de sacrificio” a la zona de la meseta (donde, además, habitan pueblos originarios) y avanzando en la posibilidad de realizar actividad minera en la zona cordillerana. Asimismo, la nueva ley deja abierta la puerta para la explotación a cielo abierto con la utilización de cianuro. Lo particular de este tipo de minería es que implica cuantiosos niveles de afectación del medio ambiente, un uso desmesurado de agua y energía, así como también altos niveles de contaminación.

El intento de modificar la prohibición es resistido desde hace dos meses por vecinos y diversas organizaciones socio-ambientales que conforman la Unión de Asambleas Patagónicas (UAP) y que se autoconvocaron el martes por la tarde en la legislatura chubutense. Sin embargo, el parlamento provincial apareció rodeado por aproximadamente 800 miembros de la UOCRA, identificados con remeras y banderas, y 40 colectivos del gremio estacionados frente a ella (Plazademayo.com). Allí también se encontraba gente perteneciente al grupo “Sí a la mina”, agrupación armada y solventada por empresarios mineros.

Con la zona liberada por la policía local, fue la patota de la UOCRA quien desató la represión, desplazándose y golpeando con palos y cadenas. Según pudieron confirmar algunos manifestantes, son varios los heridos y algunos de gravedad, incluyendo mujeres y niños.

La “tercerización de la represión” es ya una constante, tanto a cargo de barrabravas y patotas sindicales como de sicarios y agrupaciones armadas particulares. Vale la pena recordar el asesinato de Mariano Ferreyra, a manos de la patota ferroviaria en medio de un pedido de pase a planta permanente de los tercerizados del ferrocarril en 2010, o las muertes de Cristian Ferreyra y Miguel Galván a manos de sicarios contratados por empresarios dedicados al negocio sojero.

Asimismo, el silencio de la gran mayoría de los medios de comunicación respecto al tema, no solo refiere al mantenimiento del discurso hegemónico y la insistencia del slogan en torno a la “Minería responsable” o el bombardeo de publicidad pro-minera; sino que da cuenta, también, de un alineamiento político, desde el Estado y a nivel nacional, en favor de la megaminería a cielo abierto, y, como consecuencia de ello, el aumento de la represión y criminalización de las luchas socio-ambientales a lo largo y ancho de todo el país.

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