En Alemania, el Borussia Dortmund le ganó 4 a 1 al Real Madrid por la semifinal de la Champions League. Lewandowski metió los cuatro goles para el equipo de Jurgen Klopp. Se define la semana que viene en Madrid.

Para el espectador ocasional lo que sucedió entre antes de ayer  con el Barcelona y ayer con el Real Madrid parece algo fuera de planeta. Los golpes sufridos ante los equipos alemanes por las semifinales de la Champions League no dejan de sorprender a propios y ajenos.

Esto no empezó el martes, ni se termina la próxima semana. El fútbol alemán, de la mano del Bayern Munich, el Borussia Dortmund y la Selección, viene en un largo proceso de re conversión que lentamente desemboca en jornadas como éstas, donde lo bueno pasa a ser excepcional y la excepción la regla.

Vértigo, dinámica, toque y frescura tiene el equipo de Jurgen Klopp que, cuando defiende, pasa a ser un relojito, donde cada uno sabe a quien tomar y marcar, incluido los delanteros. En un primer tiempo parejo y una segunda parte en que el local se volvió aplastante, el Borussia Dortmund demostró todo lo que puede hacer; su genio, su dinámica, su buen juego y su presión constante.

Ni que decir del polaco Robert Lewandowski, figura excepcional en el partido y en toda la Champions, que metió los cuatro goles mostrando todos sus recursos: empujándola en la línea, de penal, con una suave cachetada al costado del arquero y con una pisada exquisita y un fierrazo al ángulo. Un Panzer que se lleva todo por delante, un delantero con clase, con juego, que también se tira atrás y pisa la pelota.

Pero imposible reducir el resultado en la inmensidad de Lewandoski. El 4 a 1 es multicausal: el fantástico trabajo que viene haciendo Jurgen Klopp desde 2008, los pies habilidosos y los pases finos de Gotze que además aporta la pausa cuando se lo necesita, el desequilibrio de Reus, el despliegue de Gundogan y Piszczek; sumada a una mala noche del Real, que atacó mal, defendió peor y Mourinho nunca le encontró la vuelta.

 

Los dos finalistas se definen la semana que viene en España. Todo parece darse para que sean los dos equipos alemanes los que jueguen la final en Wembley el 25 de mayo; pero cuando se habla de equipos excepcionales es difícil hablar de certezas. Y los cuatro semifinalistas de la Champions League lo son.

 

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