En la próxima fecha, Quilmes recibirá a Racing en su cancha. La polémica ya está instalada hace meses y ayer, en el Cilindro, le tiraron leña al fuego: circuló un volante que rezaba “Jugadores, pierdan o se pudre”. 

Ayer por la tarde, en el aburrido y deslucido empate entre Racing y Godoy Cruz, se reavivó la polémica que viene dando vuelta en los medios desde hace varios meses atrás: ¿Se dejará ganar Racing cuando le toque jugar con Quilmes?.

Ya todos los jugadores del plantel de Zubeldía han dejado en claro que ellos deben salir ganar, que son profesionales y que no se les ocurriría hacerlo. Lo mismo ha declarado el técnico en reiteradas oportunidades; incluso los jugadores de Independiente nunca han dicho o demostrado a la prensa la más mínima duda en lo que respecta a la actitud que demostrarán los jugadores de su rival histórico frente a Quilmes.

Sin embargo, la controversia volvió a tomar protagonismo ante los panfletos en los que un supuesto “grupo de hinchas de Racing” le “exigía” a los jugadores que pierdan: “Jugadores, pierdan o se pudre. No a la plata de los Rojos como Tigre. En el 77, Quilmes dio un punto para no irnos a la B. En el 82, Grondona cerró la cancha. En el 83, el Rojo nos mandó a la B. En el 95, Independiente fue para atrás con Vélez y no fuimos campeones”.

Pero todo esto pierde el sentido cuando se intenta ir un poco más a fondo en la cuestión. Más allá de que si Quilmes vence a Racing esto alejaría al “Cervecero” de Independiente, casi quitándole las chances de pasarlo, no sería en modo alguno determinante para el descenso de Independiente: hoy, sus preocupaciones, se fundamentan más en lo que haga Argentinos Juniors y San Martín de San Juan. No sólo eso, ningún hincha de Racing aseguraría que “En el 83, el Rojo nos mandó a la B”, siendo conocido ya el hecho de que fue Racing de Córdoba quien, tras vencer a la “Academia” por 4 a 3, decretó la pérdida de categoría del equipo de Avellaneda. Una vez más, el asunto huele a podrido y excede a los hinchas comunes del fútbol argentino; siempre víctimas de suspicacias, arreglos e intereses.

Pedirle que “entregue los puntos” a un equipo que lleva todo un campeonato sin poder ganar dos partidos consecutivos y cada vez juega peor, constituye una clara subestimación del rival; que, vale aclarar, juega bastante mejor que este Racing apático y bipolar del Torneo Final. 

Pase lo que pase, gane quien gane o empaten, el resultado ya habrá sido anunciado y denunciado de antemano. Independiente no se habrá ido a la B, ni será determinante para su promedio, así como tampoco para Quilmes, que lleva una temporada peleando por mantenerse en Primera. Racing, si gana, pagará ante su gente con el famoso “justo ahora se les ocurre ganar”; si pierde, será apuntado con el dedo por la opinión pública y la policía moral: sin que importe como jugó, que demostró en estas dieciséis fechas, ni que méritos hizo Quilmes para vencerlo.

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