Buscarita Roa, abuela de Plaza de Mayo fue distinguida ayer por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires como personalidad destacada en el ámbito de los Derechos Humanos. Su historia es, para este país, un emblema de reparación para las injusticias. A partir de el juicio a los apropiadores de su nieta, se derogaron las leyes de Obediencia debida y Punto final

Es una de las más abuelas más dinámicas, muchas veces cuida y vela por otras. Tiene un hijo, José Poblete, detenido y desaparecido el 28 de diciembre de 1978, el mismo día también secuestraron a su nuera Gertrudis Hlaczik y a su hija Claudia Poblete Hlaczik, que tenía sólo 8 meses.

Buscarita nació en  Temuco, Chile, tuvo siete hijos, y llegó a la Argentina para acompañar a José , por un tratamiento de rehabilitación ya que, a sus 16 años sufrió un accidente ferroviario. El tren le había cortado las dos piernas. Pero este hecho no impidió que continuara aqui con la militancia por la justicia social comenzada e Chile.

Su nieta fue apropiada por  el Coronel Ceferino Landa cuando  tenía 8 meses, 22 años después  y gracias a la búsqueda de Abuelas, Buscarita pudo reencontrarse con ella en el año 2000. “A mi nieta la encontramos con la búsqueda de las Abuelas. Muchos dicen que fue por una denuncia anónima que llegó a la casa de las Abuelas. Así pudimos mandar el caso a los Tribunales de Justicia y poder hacer un seguimiento con el juez que le correspondía la causa” declaró.

Ceferino Landa y su mujer fueron condenados a 9 años de prisión, pero mas allá de la irrisoria condena, el caso de su hijo fue emblemático: marcó la inconstitucionalidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. Estas leyes  decretadas por el presidente Raúl Alfonsín en 1987 libraban de toda responsabilidad a miles de militares que participaron en la represión y se  pretendía el olvido de esos hechos pasados.

En el acto estuvo su nieta Claudia, así como Rosa Roisinblit, vicepresidenta de Abuelas de Plaza de Mayo; el diputado nacional y nieto recuperado Horacio Pietragalla; Julio Morresi, un “padre de Plaza de Mayo”,  el Pastor Guillermo Prein  y la legisladora María Elena Naddeo,  entre otras personalidades.

“En las abuelas no hay ánimo de venganza, uno pide verdad y justicia, una justicia severa que ocupe un lugar preponderante” dijo Buscarita, “No sería justo quedarme en mi casa, puedo hacer muchas cosas, puedo trabajar y lo hago por los abuelas que faltan y por la comunidad misma. Si no le damos sentido a este trabajo, que tiene que ser constante, pienso que los errores pueden volver a ocurrir”, manifestó Buscarita y pidió seguir trabajando por los 400 nietos que aun faltan encontrar.

 

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