De la mano de LeBron James, ganaron el séptimo partido de la serie por 95 a 88 a los San Antonio Spurs. Miami Heat campeón de la NBA por segundo año consecutivo.

 

Un partido infartante, como toda la serie. En cada momento en que pareció que Miami lo tenía ahí, San Antonio resucitaba y pasaba nuevamente al frente, y viceversa. Un partido que tuvo de todo, pero en ese todo estaba LeBron James. El MVP de la NBA sobresalió cuando tenía que cumplir y en ningún momento de la serie bajo su nivel, cosa difícil de lograr: sólo en el séptimo juego, hizo 37 puntos, 12 rebotes y cuatro asistencias. Ya es el jugador con mejor promedio de puntos en finales de NBA.

Por su parte San Antonio dió todo y estuvo cerca, aunque no tanto como en el sexto juego donde estuvo a segundos de ganarlo. Tony Parker, aquejado por una lesión metió 10 puntos mientras que Manu Ginóbili, con algunos errores, sacó su juego de la galera e intentó ponerse el equipo al hombro en los momentos difíciles: 18 puntos para el bahiense. El gran Tim Duncan no brilló como en otros juegos pero metió 24 puntos clave para mantener a los Spurs ahí. Y párrafo aparte para Kawhi Leonard quien, con sólo 21 años, jugó las finales como cosa de todos los días y se fue a los vestuarios con 19 puntos y un futuro inmenso por delante.

El último cuarto, que empezó parejo con un 72 a 71 en favor de los Heat, se destrabó rápido y a pesar de los intentos los Spurs no pudieron volver a acercarse a Miami: un doble clave de LeBron James selló el 95-88 para conseguir su segundo anillo en la cuenta personal y confirmar que este es su momento. Miami Heat se consagró campeón de la NBA por segundo año consecutivo.  

 

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