Un nuevo actor, hasta ahora invisibilizado por los medios, ha entrado en escena en medio de las movilizaciones que sacuden a Brasil y al gobierno de Dilma Rousseff. Las favelas de Río se suman a las protestas.

 

Más de mil personas de una de las favelas más emblemáticas de Río de Janeiro, la de la Rocinha, bajaron en el día de ayer hasta uno de los barrios “vip” de la ciudad conocido como Leblón, donde vive el gobernador Sérgio Cabral. Acompañados y escoltados por policías en todo su trayecto, el grupo de manifestantes completaron una marcha totalmente pacífica; aún a pesar del miedo de las tiendas de lujo y despachos de empresarios de Leblón que cerraron sus puertas ante el anuncio de que la favela” “estaba bajando”.

A los mil vecinos de la Rocinha se le unieron por el camino otros 1.500 de otra favela de la ciudad y juntos se dirigieron a la residencia del gobernador; donde desde el viernes pasado un grupo de manifestantes ha colocado sus tiendas de campaña.

“Cuando Dilma estuvo en la favela nos prometió mejoras en las infraestructuras de sanidad pública, y no se han realizado; la guardería no funciona, y en el puesto de salud pública la atención a los enfermos es pésima”, sentenciaron los manifestantes tras ser consultados por las obras sociales a las que se habría volcado el Estado en sus barrios.

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