Comenzaron las reuniones entre el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, y su par ruso, Sergei Lavrov, quién llevó adelante las negociaciones con Bashar al-Assad. Siria comunicó sus intenciones de sumarse a la Convención internacional sobre las Armas Químicas. Negociaciones claves en Ginebra.

 

El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, manifestó su confianza en obtener “resultados concretos” al ser consultado por las reuniones que se iniciaron en el día de ayer en Ginebra entre el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, y su par ruso, Sergei Lavrov. Ambos intentarán trazar los pasos a seguir para que el régimen de Bashar al-Assad entregue las armas químicas; intentando bajar asimismo la tensión generada en las últimas semanas por una posible intervención estadounidense en el conflicto sirio.

El gobierno norteamericano confía en que Vladimir Putin, presidente ruso, se encuentra realmente interesado en lograr un acuerdo para que el gobierno sirio ponga bajo control internacional su arsenal químico. Sin embargo, las tensiones entre Estados Unidos y Siria continúan latentes. Por un lado, al-Assad volvió a asegurar que se encuentra dispuesto a renunciar a su arsenal químico pero pidió que, previamente, el gobierno norteamericano renuncia al ataque anunciado la semana pasada. Por otra parte, desde Washington sostiene que hacer eso sería dar el brazo a torcer, siendo la amenaza militar lo que logró la predisposición siria a entregar las armas.

A pesar de estos vaivenes y conflictos en las negociaciones iniciadas en Ginebra; el gobierno sirio ha dado otro paso para llegar a buen puerto con los acuerdos. El secretario general de la ONU, Ban ki-Moon, confirmó haber recibido una carta de al-Assad en la que le comunica su deseo de sumarse a la Convención internacional sobre las Armas Químicas, siendo uno de los pocos países en el mundo que aún no ha suscrito a ese acuerdo firmado en 1993. Según varios especialistas internacionales, sería el primer paso para trasladar a Naciones Unidas los datos sobre su arsenal químico para luego ser catalogado y destruido por los expertos.

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