Diego Bogado fue encontrado muerto en abril de este año en un rincón del Amalfitani. La investigación descubrió que la barra tenía una oficina en el estadio y que las imágenes en la zona del hecho fueron borradas. El jefe de Seguridad del club fraguó una de las pruebas clave.

Vélez I

Diego Bogado, perteneciente a la barra de Vélez, fue asesinado tras un partido de Copa Libertadores frente a Emelec el 9 de abril de este año, en el Amalfitani. El club, que siempre afirmó no tener relación con “La Pandilla”, no supo explicar cómo ésta tenía una oficina propia en el estadio con llaves y alarmas incluida. Tampoco pudieron explicar cómo se borraron los audios y videos de la zona del crimen.

Y como si faltara algo más, se descubrió que el jefe de Seguridad del club, comisario retirado Eduardo Capuchetti, sustrajo una prueba clave del expediente: las entradas de protocolo que encontraron junto al cuerpo de Bogado. Los tickets, que mostraban la vinculación del asesinado con el club, desaparecieron. Sin embargo, la fiscal Gils Carbó se dió cuenta y, luego de varios días álgidos, un oficial de la comisaría 44 presentó los tickets y declaró que se los había quedado el mismo Capuchetti.

Sin embargo, las entradas no estaban en las mismas condiciones. Se les había agregado en el dorso un nombre: “Chicho”. “Chicho” vendría a ser el nexo entre el club y la barra en lo que respecta al reparto de entradas.

Desde la fiscalía, las hipótesis que se manejan son dos: La primera, sería un fuerte interna de barras que permitiría, con la oficial apuntada, el ascenso al poder de la facción “Los José de Villa Luro”; la segunda, apunta a que Bogado fue asesinado por alguien cercano a la policía por una “mejicaneada de plata en negocios presuntamente vinculados a sustancias ilegales”, como afirma Olé. Según esta hipótesis, habrían intentado direccionar la investigación hacia una pelea de barras para maquillar la muerte.

Fuente: diario Olé

 

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