La banda mostró lo mejor de su repertorio, presentó disco nuevo y ofreció varios covers, dejando a su público satisfecho. Más de 30.000 personas agradecidas en una noche de lluvia en La Plata.

Foto : Cristian Estaurino
Foto : Cristian Estaurino

Esta vez la lluvia, aguó la fiesta como en aquel Quilmes Rock en River,  Foo Fighters pudo vivir la fiesta en paz, ante un estadio Unico lleno apenas en un 70%, que se predispuso muy bien al sonido de los británicos tras haber aplaudido a Eruca Sativa  y la banda británica Kaiser Thiefs, que acompaña a los Foo en su gira.

Fueron 26 temas los del nutrido set list, que tuvo algunas variaciones con respecto a lo ofrecido días antes en Chile. Un público mayormente veinteañero que colmó el campo pero mostró claros en las plateas disfrutó las dos horas de show de Foo Fighters, completando un menú de puro rock que tuvo casi media hora de Eruca Sativa y unos 40 minutos de los Kaiser Thiefs en 13 poderosos temas comandados por su muy divertido frontman.

Finalmente el plato fuerte llegó con los Foo y su presentación de “Sonic Highways”, último y octavo álbum de estudio de la banda, aunque más allá de las novedades sobresalieron covers y clásicos de discos anteriores. La banda está conformada por Dave Grohl (voz y guitarra), Nate Mendel (bajo), Chris Shiflett (guitarra), Taylor Hawkins (batería) y la guitarra rítmica de Par Smear desde su antecesor disco “Wasting Lights” en 2010. La fiesta empezó con This is a Call, Learn To Fly, Breakout, Arlandria, Pretender y My Hero, poderoso set inicial para poner los ánimos bien arriba. Promediando el show siguieron I’ll Stick Around, In The Clear, Cold Day in the sun, Big Me, Monkeywrench, Congregation y Walk.

Luego de Skin+Bones, Wheels y Times like This siguió un set de magníficos covers: School’s Out (Alice Cooper), Ain’t Talking about love (Van Hallen), Miss You (Rolling Stones), Stiff Competition (Cheap trick) y Undeer Preassure (Bowie – Queen).

El spring final no podía ser mejor: sonaron All My Life, From Nothing, Best of You y Everlong como broche de oro. Como nota de color, Foo Fighters se divirtió en grande con los cantos de sus fans criollos, a quienes alentaban a corear el clásico “olé olé”, constantemente.
“Este álbum es reconocible al instante como un registro de Foo Fighters, pero hay algo más profundo y musical”, dijo el cantante Dave Grohl sobre el disco.

El último material de estudio de la banda contiene ocho canciones, cada una grabada en una ciudad de Estados Unidos diferente: Austin, Chicago, Los Angeles, Nashville, Nueva Orleans, Nueva York, Seattle y Washington DC. La banda grabó en un estudio legendario de la historia de cada ciudad.

 

 

 

 

 

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