El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, aseguró esta mañana que la acordada por la que se aprobó la reelección de Ricardo Lorenzetti al frente de la Corte Suprema de Justicia no fue firmada por el magistrado Carlos Fayt en la Sala de Acuerdos del Alto Tribunal sino “en su casa”, lo que plantea interrogantes en cuanto a su estado de salud.
“Saliendo de su casa y hablando como solía hacerlo, despejaríamos esa duda de cómo está su salud física y mental y todos estaríamos tranquilos y contentos”, apuntó el funcionario nacional en su habitual diálogo con la prensa antes de ingresar a la Casa Rosada.
“Se puede demostrar la salud, el estado de salud, si un señor se vale por sus propios medios y ante la requisitoria puede responder las preguntas mínimas que le van a hacer. Lo que se dice es que no está bien. ¿Por qué negarse?”, sentenció.
En paralelo, la diputada por el Frente Para la Victoria (FPV), Juana Di Tullio, confirmó que su bloque planteó en la Comisión de Juicio Político la necesidad de realizar estudios médicos para conocer cuáles son las condiciones de salud del magistrado Fayt.
“Hay una situación irregular, tiene una edad avanzada y hace mucho tiempo que no acude a las reuniones de la Corte. Esto no merece un pedido de juicio político sino que se realicen medidas probatorias previas”, aseveró en diálogo con La Red.
“Hoy cuenta con 4 miembros y aparentemente no está completa. La ley marca que tiene que tener 5 miembros”, aseveró en referencia a la composición actual de la Corte Suprema.
Elisa Carrió, por su parte, salió al cruce del oficialismo y denunció los ataques a Fayt: “Este es un trato inhumano y cruel. Decir senil, que está inhabilitado, cuando están tantos delincuentes en el poder y tantas personas drogadas en el poder, he visto un jefe de Gabinete duro por la cocaína”, espetó.
“Este ataque inverosímil y cruel es un acto de tortura, que puede ser física o moral”, retrucó la diputada nacional.
