E lpadre de Aylan Kurdi, niño sirio de 3 años que fue encontrado muerto en las playas de Turquía luego de ahogarse con su hermano de 5, Galip, y su madre, Rehan, mientras intentaban cruzar a la isla griega de Kos, relató las peripecias de los refugiados para alcanzar suelo europeo.

Kurdi II

“Quiero que el mundo entero nos escuche desde Turquía, donde hemos llegado escapando de la guerra”, señaló ante la prensa, Abdullah Kurdi. “Tengo un gran sufrimiento. Hago esta declaración para evitar que otras personas tengan el mismo sufrimiento“, agregó.

Al igual que muchos otros refugiados, Kurdi contó que la familia le pagó una suma importante a traficantes de personas para que organizaran la travesía a Kos; sin embargo, no tuvieron éxito ya que la guardia costera los detuvo.

Tras ser liberados, decidieron conseguir un bote y remar hasta la isla griega: “Después de alejarnos unos 500 metros de la costa, en el bote empezó a entrar agua y se nos mojaron los pies. A medida que aumentaba el agua, cundía el pánico. Algunos se pusieron de pie y el bote volcó. Yo sostenía a mi mujer de la mano”, recordó Kurdi.

“Las manos de mis dos niños se escaparon de las mías, intentamos quedarnos en el bote, pero el aire disminuía. Todo el mundo gritaba en la oscuridad. Yo no lograba que mi esposa y mis hijos oyeran mi voz”, añadió entre lágrimas.

“Cuando alcancé la costa comencé a buscar a mi esposa y a los niños. Pensé que se habían asustado y escaparon. Llegué a Bodrum y no pude encontrarlos en nuestro punto de encuentro. Luego fui al hospital y me enteré de las tristes noticias”, señaló.

Por último, aseguró que rechazó una oferta del gobierno de Canadá, país que anteriormente le había denegado la entrada a la familia: “Era una oferta para que yo pueda ir allí. Pero, después de lo ocurrido, no quiero ir. Voy a llevarme los cuerpos primero a Suruç, luego a Kobani. Pasaré el resto de mi vida allí”.

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