En un nuevo capítulo del maltrato hacia los refugiados y migrantes que buscan entrar a la Unión Europea, el parlamento húngaro sancionó más leyes represivas para intentar “frenar” su entrada al país.

Refugiados

Desde hace varias semanas, diversos organismos internacionales e, incluso, locales advierten sobre la violación de derechos humanos en el trato hacia los refugiados y migrantes en Hungría.

En las últimas horas, el Parlamento de dicho país votó a favor de una ley que autoriza al ejército – así como también a las fuerzas policiales empleadas en dicha tarea – a utilizar armas “no letales” para contener a los inmigrantes en las fronteras.

La resolución, que increíblemente permite disparar contra personas que vienen huyendo de la guerra y la muerte, advierte que “los tiros no deben ser mortales”.

Viktor Orban, el conservador primer ministro húngaro, defendió la medida: “Nuestras fronteras están en peligro. Nos están invadiendo. Nuestro modo de vida basado en el respeto a la ley está en peligro. Hungría y toda Europa están en peligro”.

Refugiados III

El Comité de Helsinki, un grupo internacional de defensa de los derechos humanos, fustigó la medida tomada por el gobierno de Hungría.

“Los refugiados que han huido de la guerra y del terrorismo ya han sufrido cargas de la policía y del ejército en sus propios países”, señalaron.

Hace algunas semanas atrás, 22 organizaciones de la sociedad civil húngara habían advertido sobre el trato hacia los migrantes que se encontraban en dicho país: “La situación tiene que resolverla el Estado, junto con las organizaciones internacionales. El gobierno húngaro debe respetar los derechos humanos en relación a la crisis de refugiados”.

En esta misma línea, el secretario de las Naciones Unidas, Ban Ki Moon, afirmó el último 17 de septiembre que “el uso de gas pimienta y gas lacrimógeno, de camiones hidrantes y palos contra estas personas no es en modo alguno aceptable”.

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