Ali Alsaho y su familia intentaban cruzar a Europa por el Mediterráneo escapando del Estado Islámico (ISIS) en el este de Siria.

Refugiados

En el agua, cerca de las costas de Çeşme, un pueblo del oeste de Turquía, el motor del bote en el que realizaban la travesía falló: la esposa y los siete hijos de Ali Asaho murieron ahogados.

“Los traficantes de personas que se aprovechan de estas situaciones son traidores. A nosotros nos dijeron que no necesitábamos chalecos salvavidas, que el bote era seguro”, relató el hombre a la cadena BBC.

“Tenía a la esposa más cariñosa. Me lleve a mi familia de Siria para escapar de las matanzas. Mis hijos podrían haber tenido un futuro en Europa. Ahora perdí a toda mi familia, a mi mundo”, agregó entre lágrimas.

Tal cual informó la UNHCR, agencia de refugiados que depende la ONU, más de 3.500 personas fallecieron en lo que va del 2015 en el Mediterráneo.

“Yo le diría a quienes quieren refugiarse que no corran este riesgo. No crucen a Europa por el mar. Perderán a sus hijos. Los traficantes de personas te dicen que se puede llegar a Grecia en quince minutos. Yo les aviso: no crucen así, quédense en Siria”, advirtió.

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