La militante social hondureña fue asesinada en su casa de habitación en La Esperanza, Intibucá: dedicó su vida a denunciar los crímenes cometidos contra los pueblos originarios.

Berta Caceres in the Rio Blanco region of western Honduras where she, COPINH (the Council of Popular and Indigenous Organizations of Honduras) and the people of Rio Blanco have maintained a two year struggle to halt construction on the Agua Zarca Hydroelectric project, that poses grave threats to local environment, river and indigenous Lenca people from the region. She gathered with members of COPINH and Rio Blanco during a meeting remembering community members killed during the two year struggle.

Berta Cáceres era coordinadora del Consejo de Pueblos Indígenas de Honduras (COPINH), líder de la comunidad indígena lenca y movimientos campesinos, además de una ferviente defensora de los derechos humanos.

De acuerdo con las primeras versiones brindadas por los medios locales, los asesinos esperaron a que se durmiera y forzaron las puertas de su vivienda para cometer el crimen.

El asesinato de Cáceres no es un hecho aislado en la violenta realidad hondureña pero tampoco es un caso más: la semana pasada, la referente social había comparecido en rueda de prensa para denunciar el asesinato de varios dirigentes de su comunidad indígena, así como también para visibilizar las amenazas recibidas.

“El COPINH ha sido de alguna manera bastante efectivo en echar para atrás muchos megaproyectos y eso ha incomodado al poder económico, político y militar”.

Cáceres lideró desde la creación del COPINH manifestaciones en defensa del medio ambiente, oponiéndose a la construcción de proyectos hidroeléctricos en el occidente de su país por considerar que atentaban contra los recursos naturales y los derechos indígenas.

También encabezó protestas contra el golpe de Estado del 28 de junio de 2009 al entonces presidente hondureño, Manuel Zelaya.

Su vida estuvo marcada por las amenazas de muerte y el compromiso social: “En Honduras vivimos una carnicería humana y eso no es aislado, eso es planificado, y es producto de la enorme injusticia social, política, económica”, señaló en una de sus últimas entrevistas.

Berta Caceres in the Rio Blanco region of western Honduras where she, COPINH (the Council of Popular and Indigenous Organizations of Honduras) and the people of Rio Blanco have maintained a two year struggle to halt construction on the Agua Zarca Hydroelectric project, that poses grave threats to local environment, river and indigenous Lenca people from the region. She gathered with members of COPINH and Rio Blanco during a meeting remembering community members killed during the two year struggle.

“Aunque la policía diga que murió durante un intento de robo, todos sabemos que fue por su lucha”, dijo la madre de Berta Cáceres en declaraciones recogidas por la agencia AFP.

“Ella siempre dio la cara y nunca utilizó un arma para protestar porque su arma era su voz”, aseveró su hermano, Gustavo Cáceres, ante la prensa.

Asimismo, confirmó que le pidió al presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, que el asesinato no pase a ser un número más en las estadísticas de la violencia en el país. “Que sea esclarecido y se castigue a sus autores”, exigió.

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