La jueza Nóvile falló en contra de la “Revista Barcelona” por una caricatura satírica: le deberá pagar 40 mil pesos a la defensora de los represores de la última dictadura militar.
La edición 193 de la “Revista Barcelona”, en un evidente fotomontaje, mostraba a Cecilia Pando atada al estilo bondage, una práctica sexual sadomasoquista, con la frase: “Ceci Pando se encadena para vos”. Los días previos a la salida de ese número, Pando se había encadenado al Edificio Libertador para reclamar por la detención de militares procesados o juzgados por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar.
Resultado parcial: Pando 1 vs. Barcelona 0 https://t.co/us3HRIcpMA pic.twitter.com/QOHy9q7qXo
— Sergio Delfino (@serdelfino) 8 de mayo de 2016
Luego de la primera presentación ante la Justicia, aquel número de la revista fue retirado de todos sus puntos de venta. Tres años después, la “Revista Barcelona” debió enfrentar un juicio por daños y perjuicios y, casi dos años y medio más tarde, la jueza Nóvile falló en su contra.
La resolución en contra de la revista es grave más allá de los personajes que se encuentran involucrados: tiene como trasfondo los límites y el alcance de la libertad de expresión.
En el fallo contra Barcelona y a favor de Pando, la jueza usa argumentos como este:#LibertadDeExpresión pic.twitter.com/Hmbi6GBzHK
— Werner Pertot (@WernerPertot) 8 de mayo de 2016
“El ejercicio del derecho de expresión de ideas u opiniones no puede extenderse en detrimento de la necesaria armonía con los restantes derechos constitucionales, entre los que se encuentran el de la integridad moral, el honor y la intimidad de las personas”, argumentó la juez en la resolución.
Acá está el fallo. https://t.co/H3gPZvJUYO
— #NiUnaMenosIngrid (@soyingridbeck) 8 de mayo de 2016
A través de su cuenta de twitter, Ingrid Beck, la directora de la revista, hizo su descargo: “Lo más preocupante de este fallo no es la plata (que no tenemos) sino que sienta un precedente. Con esta jurisprudencia, los que hacemos sátira vamos a terminar editando en la clandestinidad”.
“Está claro que acá hay un tema superior al dinero: no nos pueden privar de la doble instancia en un tema de libertad de expresión. Tenemos buenos abogados y buscaremos la posibilidad de apelar. Hay tantas peleas para dar y nos obligan a gastar energía en esta mina”, se lamentó Beck.
