El músico regresó sobre sus propios pasos y, a una semana de la polémica desatada por sus dichos en TEA, decidió volver a pedir perdón.

Cordera II

“Siento que fui el escenario de una guerra que no me pertenece, justo en el exacto momento en que había decidido dejar de luchar”, aseguró el cantante y compositor en una carta publicada a través de las redes sociales.

“Traicioné a mi persona que repudia toda clase de violación y ofendí al universo de la mujer, que es lo que menos hubiera querido hacer. Y para colmo, después de ver lo que había provocado, salí a defenderme torpemente como un boxeador que tira golpes erráticos”, aseveró Cordera. “Y aunque siempre tomé mis errores como una luminosa comunicación con Dios, esta vez transgredí un límite por lo cual estoy profundamente arrepentido”.

“Con este episodio aprendí que las palabras son más condenadas que los hechos, al ver que sin haber violado a nadie, ni abusado de nadie, tuve una condena social más dura que un violador o un abusador”, prosiguió el músico.

“Lo que más pena me da son las ilusiones y los sueños de tantos seres queridos esfumándose entre mis manos. Eso me produjo un inevitable dolor porque esta vez se tuvo que teatralizar en casa la historia de la humanidad y eso fue muy insoportable, pero también muy nutritivo, porque pudimos ver una escena dantesca donde todos quedamos desnudos. Y digo todos, los valientes para expresar sus ideas y los otros que patean la cabeza de alguien que está indefenso en el suelo. Pero, que quede claro, con responsabilidad absolutamente mía”, remató.

Por último, habló de su futuro: “Entonces ¿qué es lo que nos queda? Detener la marcha y tomar distancia por un largo tiempo, suspender todos nuestros conciertos -incluido el Gran Rex-, porque no quisiera contribuir a más sufrimiento. Que nadie pelee más en mi nombre. Y a quienes quieran encontrarme, búsquenme en las canciones, que ahí está mi corazón”.

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