La publicación “Te cuento… la semana” es editada por los represores que se encuentran cumpliendo su condena en Marcos Paz.

Te cuento

A través de una investigación llevada adelante por el diario Página|12, se conoció una revista en donde distintas personas condenadas por delitos de lesa humanidad durante la última dictadura cívico militar presionan para obtener distintos beneficios, como la prisión domiciliaria.

“Las tapas son explícitas, temas como festejar la domiciliaria de Eduardo Rodolfo Cabanillas, un ‘instructivo para documentar y certificar martirios y muertes ilegales en prisión’, y una suerte de llamado a la huelga de hambre de los mayores de 70 años, para poder irse a casa”, advierten en la nota publicada.

 

“El director-editor firma “Profesor Carlos A. Sfulcini PP” y fue condenado en 2013 a veinte años de prisión en la causa Guerrieri II, que investigó 27 víctimas del terrorismo de Estado, entre ellos 14 asesinados. El secretario de redacción y todo el “consejo de redacción” usa nombres falsos: JL Afgano PP, Alberto Eduardo PP, Charlie PP, Raúl Pucho PP. Y hay notas firmadas como Cronista PP o Brotweiller PP, ésta acompañada por la foto de un perrazo. Los artículos son firmados por “el doctor Gustavo Demarchi PP”, juzgado en Mar del Plata por crímenes de 1975; por “Alfredo Ignacio Astiz PP”; por Miguel Clements, juzgado en ESMA III; y, por el prolífico ex carapintada Víctor Gallo PP, condenado por la apropiación de Francisco Madariaga”, aseguraron desde Página|12.

El gobierno de Mauricio Macri, por otra parte, es reflejado en las páginas de la revista con la particular palabra “Esperanza”. En el número 85 del segundo año de su publicación, cuentan que reemplazaron un contador de días por un sol, reflejando el “triunfo de la luz sobre las tinieblas”.

En esta línea, uno de sus números relata los momentos en que conocieron la noticia de su victoria en las urnas: “Como en aquellas épicas jornadas de 2001 en que las cacerolas se enseñorearon de las ciudades argentinas, todo elemento contundente sirvió para hacer sonar estentóreamente la descarga de tanto tiempo de bronca, como si la injusticia se cobrara con fuertes ruidos, palos de escoba contra los sonoros metales de las escaleras, las manos desnudas golpeando las puertas, tapas de cacerolas a modo de platillos musicales, sartenes contra sartenes, todo fue útil para la batucada de despedida, cualquier cosa que hiciera ruido servía, todo el pabellón en prendas menores haciendo su parte durante diez minutos mágicos. Hasta algún celador asustado escuchó el escándalo y se asomó imaginando algún motín septuagenario, que pronto entendió y se alejó entendiendo lo que pasaba”

Para ingresar a la página de la revista: Te cuento… la semana.

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