El titular de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación escribió una columna en Télam cuando se cumplen diez años de su desaparición.

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Jorge Julio López brindó un importante testimonio en la causa que investigaba los crímenes cometidos, entre otros, por el represor Miguel Etchecolatz. Su desaparición fue un duro golpe para los organismos de derechos humanos: fue la constatación de las bandas parapoliciales e identificadas con la última dictadura cívico militar seguían operando.

“Hablar de Jorge Julio López, de su ausencia, nos obliga a hablar de la desaparición física de personas en democracia, un fenómeno inaceptable. El caso de López lleva diez años sin ninguna respuesta y en ausencia de acción del Estado”, señaló Avruj en su escrito.

“Las razones por las cuales nos presentaremos como querellantes en la causa por la desaparición de Jorge Julio López se expresan en la convicción que tenemos en buscar todos los caminos posibles que nos permitan vivir una democracia plena, en la cual se respeten las garantías individuales, y en la que el miedo y la violencia no puedan instalar su agenda, al punto de transformar a la indiferencia en un valor social”, agregó.

“La desaparición de Julio López sin duda tiene una carga simbólica, se da luego de testimoniar en el Juicio de Lesa Humanidad contra Etchelolatz, y fue esta experiencia traumática la que permitió que el Estado creara el “Centro de Atención a Víctimas de Violaciones de Derechos Humanos, Dr. Fernando Ulloa” para asistir y acompañar a victimas testigos y querellantes, precisamente en ese tipo de juicios, y que hoy sigue vigente y en pleno ejercicio de sus funciones”, prosiguió Avruj.

Se cumplen 10 años sin Jorge Julio López, y se llevaran a cabo distintos homenajes en diferentes espacios. En esta fecha, desde el Estado decimos presente”, finalizó el titular de la Secretaría de Derechos Humanos.

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