La máxima entidad rectora del fútbol sudamericano confirmó que el certamen se jugará durante algunos meses más y la final será en cancha neutral.

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De ahora en más, la Copa Libertadores de América se jugará entre el mes de febrero y el mes noviembre, alargando la competencia estrella del fútbol regional que usualmente terminaba entre junio y julio.

Según los dirigentes de la CONMEBOL que aceptaron las reformas, la idea es “armonizar los calendarios de competencias con los torneos locales de cada país”.

Se pasará de un promedio de 27 semanas a 42 de duración total para la Copa Libertadore mientras que la Copa Sudamericana se jugará a partir de junio y finalizará en diciembre.

Hay más novedades respecto a esto: a partir del 2017, los diez clubes de la Copa Libertadores que no avancen a los octavos de final tendrán la oportunidad de seguir compitiendo en la Copa Sudamericana. Los campeones de ambos torneos también ganarán cupos directos a la fase de grupos de la siguiente edición de la Copa Libertadores.

Finalmente, en medio de rumores periodísticos, Alejandro Domínguez, titular del ente regulador del fútbol sudamericano, descartó que haya invitaciones a equipos para las competencias: “En la Libertadores no hay invitados, en los once países los cupos se ganan”.

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