La precaria “paz” que parecía haberse alcanzado en las últimas horas en Alepo se desmornó como un castillo de naipes.

Siria II

La salida de los rebeldes de la pequeña zona del este de la ciudad siria junto a los civiles debía empezar este miércoles: las organizaciones humanitarias reclamaron fervientemente que se haga a un lado las motivaciones políticas y se respete la vida de la población.

Pese a ello,  los ataques con artillería se reiniciaron por la mañana y los colectivos enviados para las evacuaciones, que estaban esperando en las márgenes, se retiraron vacíos.

Nuevamente comenzaron los encontronazos y rispideces: el gobierno ruso, que había sido parte del acuerdo para un alto al fuego, denunció que los rebeldes sirios “aprovecharon” la tregua para “reagruparse” e intentar “romper el cerco militar”.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), por su parte, denunció que las fuerzas que se oponen al régimen de Bashar al-Assad respondieron a los ataques “lanzando decenas de cohetes contra la parte oeste de la ciudad, controlada por el gobierno y provocando seis muertos y 30 heridos”.

Aunque parecía que los cuestionamientos hacia la ofensiva liderada por el gobierno sirio, Irán y Rusia por parte de distintos organismos internacionales y de derechos humanos habían surtido efecto luego de la muerte de cientos de civiles en los últimos días, los asesinatos y la incertidumbre continúan.

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