La Organización Mundial de la Salud informó que tanto su equipo como el del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) fueron obligados a abandonar el área.

alepo

En la ventana que se abrió entre el jueves y el viernes, alrededor de 8.000 personas, entre civiles y combatientes rebeldes, pudieron abandonar la zona sitiada del este de Alepo.

Sin embargo, todavía quedan decenas de miles atrapados entre las balas, el fuego y los escombros: la siempre frágil tregua se rompió una vez más con acusaciones de todo tipo.

El régimen de Bashar al-Assad acusó a los rebeldes de estar “reagrupándose” y de disparar otra vez contra sus fuerzas; mientras que estos apuntaron directamente contra el ejército iraní (que lucha codo a codo con el gobierno sirio) por disparar contra “un convoy repleto de rebeldes que abandonaba la ciudad”.

Algunas horas más tarde, el gobierno sirio aseguró que la suspensión de la evacuación se debe a la negativa por parte del grupo Jabhat Fateh al-Sham (JFS) – conectado a Al Qaeda – de liberar a 400 heridos en la provincia de Idlib. Recién cuando lleguen a un acuerdo entre las partes se podrá volver a proceder a las tareas de traslado en Alepo.

La tregua alcanzada el último martes por el gobierno ruso y el turco se rompió fácilmente: la salida de los rebeldes de la pequeña zona del este de la ciudad siria junto a los civiles debía empezar el miércoles luego de que las organizaciones humanitarias reclamaran fervientemente que se haga a un lado las motivaciones políticas y se respete la vida de la población.

Pese a ello,  los ataques con artillería se reiniciaron por la mañana y los colectivos enviados para las evacuaciones, que estaban esperando en las márgenes, se retiraron vacíos. Una vez más los bandos se acusaron mutuamente de “incumplir” con lo pactado y una nueva escalada en el conflicto bélico parecía surgir.

Sin embargo, el régimen de Bashar al-Assad acordó nuevamente con los rebeldes un “alto al fuego” y efectivamente comenzaron a realizarse los trabajos de evacuación. Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, las primeras tandas de civiles ya fueron evacuadas, incluyendo a una gran cantidad de heridos.

Poco más de 24 horas después, la situación volvió a ser casi la misma que de partida: comenzaron a escucharse tiros y explosiones, acusaciones cruzadas entre las fuerzas del régimen y los rebeldes, y la suspensión de las tareas de rescate y evacuación.

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