Tras el tiro en la cabeza, Álvaro Nicolás Soriano permanece internado en terapia intensiva en estado estable pero grave: el policía será defendido por representantes estatales.

A fines de diciembre, en la intersección de la Avenida Jujuy y Carlos Calvo del barrio porteño de San Cristóbal, un policía de civil hirió a un joven a plena luz del día: según testigos, el chico venía corriendo por la calle, por entre medio de los autos y, cuando el hombre lo cerca, pone las manos en alto y recibe un disparo en la cabeza.

Aunque durante un día y medio se creyó que el chico estaba muerto e incluso esa fue al versión brindada por la misma Policía Federal, ahora se sabe que está internado en el Hospital Ramos Mejía, en estado delicado.

El sargento Sergio Damián Lucero obtuvo rápidamente a sus defensores judiciales: tomaron el caso los abogados del Ministerio de Seguridad, que ya se presentaron formalmente ante la Justicia.

“La intervención de estos abogados penalistas, algunos de planta y con grado policial, otros contratados, tiene un paso previo, que es el análisis, por las autoridades del ministerio, de que el caso amerita la defensa orgánica e institucional. (…) Nada puede ser más claro: antes de la intervención de estos abogados, hay un acto administrativo del ministerio que determina que deben tomar la defensa porque es una causa que criminaliza un acto de servicio. La intervención de estos abogados-funcionarios, recurrente y sistemática en las causas donde el gobierno de turno decide defender públicamente su derecho al poder de fuego contra la población, es la prueba más evidente de que la represión es política de estado”, aseguraron en un comunicado desde la CORREPI.

“Si cualquiera de nosotros mata a alguien porque cruzó el semáforo en rojo con el auto, hay dos alternativas: aceptar defensor oficial o pagar una defensa particular, que cuesta una fortuna. Si sos policía y causás un accidente de tránsito, te pasa lo mismo. Pero si sos policía y protagonizás un caso de gatillo fácil, te defiende gratis el Ministerio de Seguridad”, aseveró María del Carmen Verdú, abogada que representa a la familia del joven baleado.

“Álvaro Nicolás Soriano está estable pero en coma, no tiene ningún tipo de reacción. A la familia en un principio les dijeron que querían constatar el domicilio porque Nicolás estaba detenido y que los iban a llamar cuando hubiera visitas, pero nunca les contaron lo que había pasado ni que estaba internado en grave estado”, sentenció.

Para leer el comunicado completo: CORREPI

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