La minera canadiense reconoció un nuevo derrame en la Provincia de San Juan: esta vez “tocó” en su proyecto de Pascua-Lama.

La noticia de que la Barrick Gold cerrará el túnel binacional que montó para transportar roca de Chile a Argentina, que ya destruyó un ambiente periglacial protegido por ley y está detenido por una medida cautelar del país trasandino, encubre otra: un nuevo caso de contaminación.

“En las próximas semanas se pondrán en marcha los trabajos para el sellado del túnel, que tendrá una duración aproximada de cuatro meses”, advirtieron desde la empresa en un comunicado.

La situación no pasó desapercibida para los vecinos, periodistas y organizaciones socioambientales que se pusieron a leer con cautela el informe: “Barrick Gold montó un túnel en el que iba a haber una cinta transportadora, pero de cuyas paredes empezó a emanar agua con un altísimo nivel de acidez que provocó daño ambiental en las vegas de la zona, cuya existencia fue insólitamente negada por la Dirección de Evaluación Ambiental Minera provincial”, relató el periodista Juan Pablo Mansilla en una nota publicada en InfoBAE.

Como la empresa desmintió que este desborde haya perjudicado al medioambiente, tampoco se aclaró la composición de los sedimentos derramados, el volumen ni el lugar en el que cayeron. Por ello el real grado de contaminación sigue siendo una incógnita.

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