La titular de Abuelas de Plaza de Mayo mantuvo una interesante entrevista exclusiva con el diario “El País” de España.

“Tengo 86 años, estoy cansada y camino con bastón. Pero tengo que seguir porque faltan centenares de nietos. Y hay que dejarlo todo clarito para que ningún gobierno pueda desarmar todo lo que es memoria”, señaló en diálogo con el periódico español.

“Este gobierno, por ejemplo, quiere olvidar. Discutieron el número de desaparecidos. Por eso no puedo cruzarme de brazos porque yo encontré a mi nieto. Cambió mi corazón, mi alegría, la familia está completa y los veo crecer. Tengo una bisnieta, que es la nieta de mi hija Laura. Pero mis compañeras todavía están esperando”, sentenció.

Consultada sobre el nieto restituido que quiere conservar los nombres y el apellido que le dieron sus apropiadores, señaló: “Vos tenés derecho a no saber mientras no perjudiques a nadie. Si estás casado y tu mujer te es infiel y no lo querés saber no perjudicas a nadie. Pero este es un delito de lesa humanidad. Para nosotros es una víctima. Lo queremos. A él todavía no le cayó la ficha de que esas personas no son los papás y cometieron un delito al no permitirle que viva con su familia y apoyar a los que a él lo hicieron huérfano”.

“Cuando hay que hacer justicia, hay que hacerla. Con el chico tenemos la paciencia, el cariño y el amor pero con la justicia estamos muy enojadas. Nunca puede conceder algo que está estrictamente prohibido, que es consentirle conservar los apellidos”, agregó Carlotto.

También habló del rol de la organización: “Nosotras no abandonamos un solo día la presencia social. Yo era maestra y sigo siéndolo. Fue un movimiento social único en Latinoamérica para este tipo de temas. No sé por qué no surgió algo así en el resto de los países donde hubo dictaduras. Cada vez es más gente la que nos acompaña. Hasta los niños están con este tema. Argentina es un modelo para el mundo por estar juzgando y condenando en tribunales comunes a los genocidas. Somos conscientes que acá se avanzó a pasos agigantados al lado de la región. A mí me llaman de todo el mundo”.

“Nunca permití que me utilizaran. A mí me ofrecieron cargos políticos y me persiguieron. No solo aquí sino también en Italia, porque tengo la ciudadanía. Cuando esta gente que gobierna hoy dice que los Kirchner nos utilizaron, yo digo que, al contrario, nosotras utilizamos a los Kirchner, porque conocíamos su sensibilidad para estos temas. Cuando el Kirchner decidió descolgar los cuadros de los genocidas de la casa militar, me invitó a acompañarlo. Le respondí que de ninguna manera. No somos revanchistas, queremos el camino bien clarito. Por eso el respeto que se nos tiene, porque nunca mentimos, ni agraviamos, jamás acusamos a nadie si tener la prueba antes, porque sería muy feo acusar de apropiadores a un matrimonio que realmente no lo merecen”, explicó.

  • Para leer la entrevista completa: El País

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