El estudio realizado por la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) arroja datos preocupantes: la caída de los índices viene de hace años pero cada vez es más pronunciada.

“El año 2016 culminó con una fuerte caída del salario real, con una importante destrucción de puestos de trabajo y con desafíos no menores en materia de conflictividad laboral y negociación colectiva”, se señala en la introducción del “Informe Anual 2016” del Observatorio del Derecho Social (ODS).

“Durante el año 2016 las caídas del empleo y del salario se ubicaron dentro de las más importantes de los últimos quince años. Estos retrocesos no constituyen algo nuevo en el pasado reciente. Sin ir más lejos, tanto 2012 como 2014 habían presentado comportamientos similares, aunque no tan acentuados. Sin embargo, nada indica que el año 2017 presente un pronóstico de recuperación en el mercado de trabajo como en su momento se verificó en los años 2013 y 2015. Por el contrario, tanto el Gobierno Nacional como el conjunto de los empleadores estarían yendo en dirección de cristalizar una segunda fase del programa de ajuste en curso”, advierten.

Algunos datos de interés:

  • El comportamiento del mercado de trabajo se caracterizó en el 2016 por una importante caída del empleo y de los salarios reales, profundizando una situación de crisis que se remonta al menos al año 2012.
  • En el mediano plazo, la caída del empleo registrado durante el año 2016 (la mayor desde la crisis de fines de 2008 y principios de 2009) se inserta en un proceso de más largo plazo, en el que al menos desde fines de 2011 la economía argentina presenta serios obstáculos para crear puestos de trabajo en el sector formal.

  • En el año 2016 las suspensiones se ubicaron por lejos en los niveles más altos de la última década (al menos desde que en 2006 el Ministerio de Trabajo comenzó a relevar esta variable). En este sentido, el promedio mensual se ubicó en 8,3 suspensiones por cada 1.000 trabajadores.
  • El salario real de los trabajadores registrados del sector privado experimentó a lo largo del año 2016 una profunda caída que, en promedio, fue del 6%. Esta caída fue producto de que ninguna de las negociaciones salariales pudo equiparar una inflación anual que, según la Dirección de Estadísticas de la Ciudad de Buenos Aires, ascendió al 40,8%.
  • Uno de los desafíos de la nueva administración refirió a la necesidad de bajar el costo laboral y al mismo tiempo establecer medidas de control social que logren su aceptación entre los trabajadores. Tales objetivos asumieron durante 2016 tres manifestaciones principales: baja del salario real; el impulso de despidos, amenazas de despidos y suspensiones como herramientas de disciplinamiento; y la represión de la organización y protesta social.

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