El Departamento de Seguridad Interior difundió una serie de documentos con órdenes ejecutivas del presidente de los Estados Unidos para reforzar la política migratoria.

La cuestión migratoria bajo el gobierno de Donald Trump suma otro nuevo capítulo: en medio de la judicialización de su anterior decreto, el magnate decidió abrir la puerta a las deportaciones masivas de inmigrantes.

No sólo se avanza en el incremento de las competencias de los funcionarios, la creación de nuevas cárceles y la contratación de 10.000 nuevos agentes. Con las nuevas directrices, se podrá aplicar la expulsión inmediata a prácticamente todos aquellos migrantes que lleven menos de tres años en el país.

Hasta ahora los agentes policiales tenían como objetivo prioritario la captura de todos aquellos que hubiesen cometido un delito grave. El panorama se modificó rotundamente:  “Todos aquellos que violen las leyes de inmigración pueden ser sujetos de los nuevos procedimientos, incluyendo la expulsión de Estados Unidos”, figura en el nuevo escrito.

Esta modalidad se aplicaba solamente a aquellos inmigrantes que hubiesen pasado menos de dos semanas en el país y estuviesen a no más de 160 kilómetros de la frontera: ahora puede aplicarse en cualquier punto del país.

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