La decisión de parar el 6 y 7 de marzo en todo el país profundizó las distancias entre los docentes y el gobierno de María Eugenia Vidal.

La primer reacción del gobierno bonaerense ante el paro docente y el fracaso de las negociaciones paritarias fue salir a decir que la medida de fuerza tiene “motivaciones políticas”.

Al otro día, y en medio de la disputa pública entre los funcionarios de María Eugenia Vidal y los gremios, en la red social Twitter se disparó el hashtag #VoluntarioDocenteNoAlParo a partir de un mensaje de Mariano Bronenberg.

“Señora María Eugenia Vidal, no soy maestro pero ejercí 25 años la docencia universitaria, seré voluntario no rentado para empezar las clases en fecha”, escribió.

Rápidamente se difundió la proclama con mensajes diversos apuntando contra los docentes: “Basta de usar los chicos y la educación como rehenes”; “Quiero ayudar en lo que sea necesario para mejorar la educación”; “Terminemos con la extorsión de los gremios”.

Sin embargo, lo que parecía un “simple” apoyo político terminó en polémica: no sólo porque Mariano Bronenberg no era un ciudadano raso sino un militante de “Cambiemos” con vínculos con el PRO, sino porque es un militar vinculado a los servicios de inteligencia.

Este personaje fue un integrante del Batallón 601 durante la última dictadura cívico militar: en el 2010, la “Revista Veintitrés” publicó un listado donde reveló los nombres que integraron el aparato de inteligencia del Ejército, responsable de perpetrar miles de desapariciones forzadas.

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