Este domingo, los votantes franceses concurrieron a las urnas para la primera ronda de las elecciones presidenciales.

En una carrera bien pareja y disputada, los primeros sondeos y actitudes de los candidatos dieron a Emmanuel Macron el espaldarazo para dar cuenta de que era él quien lideraba los votos: el conteo final arrojó un 23,80% a su favor.

El candidato de “¡En Marcha!” fue seguido por Marine Le Pen, del Frente Nacional, con 21,70% de los votos. Ambos se medirán en dos semanas.

Tanto Benoit Hamon, del gobernante Partido Socialista, como François Fillon, conservador, llamaron rápidamente a votar por Macron de cara a la segunda vuelta.

Jean-Luc Mélenchon, sin embargo, llamó a tener “tranquilidad” a la hora de dar los resultados y aseguró que está “muy cerca” de Marine Le Pen en las proyecciones. Aunque efectivamente la diferencia entre los primeros cuatro candidatos fue mínima, al candidato de la izquierda francesa no le alcanzó para meterse entre los dos primeros.

En una rueda de prensa, Fillon fue determinante: “Tenemos que elegir qué es lo mejor para nuestro país. La abstención no está en mis genes, sobre todo cuando un partido extremista está cerca del poder”.

“El Frente Nacional es conocido por su violencia e intolerancia, su programa económico nos llevará a la bancarrota y a Europa a un caos. No hay otra opción que votar contra la extrema derecha. Por eso votaré por Emmanuel Macron”, remató Fillon.

Bernard Cazeneuve, actual primer ministro francés, habló junto a Hamon y, tras conceder la derrota del partido que encabeza el presidente Hollande, aseguró: “Solemnemente llamó a votar por Emmanuel Macron en la segunda ronda para obstruir el desastroso proyecto del Frente Nacional”.

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