La Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR) es la encargada de supervisar y llevar adelante la recuperación de las aguas del riachuelo.

Al frente desde inicios del 2017 está Gladys González, ex diputada del PRO por la Provincia de Buenos Aires y próxima a embarcarse en la campaña de María Eugenia Vidal.

Las expectativas que se generaron a fines del 2015 al ver que el mismo signo político estaba en la provincia, capital y nación se fueron diluyendo rápidamente: el proyecto y las obras para sanear la cuenca queden prácticamente paralizadas en todo el 2016 durante la gestión de Julio Torti y el panorama no parece mejorar en 2017; por el contrario, parece empeorar.

Las cinco ONG que actualmente integran el Cuerpo Colegiado creado por la Corte Suprema de Justicia para controlar las disposiciones del organismo público cuestionaron con dureza una reciente resolución: tal cual revela el periodista Juan Pablo Parrilla, entre otras cosas, autoriza a las empresas a descargar sobre los ríos y sus afluentes siete sustancias que están prohibidas desde hace años.

Estas son: aldrin, clordano, DDT, dieldrín, endosulfán, endrín, heptacloro, lindano y paration. La mayoría de estos químicos y tóxicos fueron prohibidos en la década del 90 e, incluso, algunos ya habían sido vetados años antes.

“Lo importante es ver cuántos contaminantes puede absorber el río para distribuir esas cuotas entre los agentes contaminantes. Acá se hace al revés, se les dice a las empresas cuánto pueden contaminar sin calcular la carga total de contaminantes del río”, concluyó Andrés Nápoli, de FARN.

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