Este último jueves, Amnistía Internacional (AI) aseguró en un nuevo informe que las autoridades brasileñas “no han hecho lo suficiente” para terminar con las violaciones a los derechos humanos.

Desde el año 2012, las tasas de asesinatos en manos de policía han ido in crescendo: tan solo en el 2016, 920 muertes han sido documentadas en Río de Janeiro, un número bastante superior al de cuatro años atrás donde se llegó a 419. Asimismo, advirtieron que en los primeros dos meses del 2017 se registraron 182 muertes producidas por las fuerzas de seguridad.

En 2015, por ejemplo, la policía de Rio de Janeiro fue la responsable de una de cada cinco muertes. En San Pablo, la policía local fue responsable de una de cada cuatro.

“Desde la última visita de las Naciones Unidas no se ha hecho lo suficiente para bajar el nivel de violencia y violación a los derechos en el país: esto incluye el aumento alarmante de homicidios”, señlaó Jurema Werneck, directora ejecutiva de AI en Brasil.

Vale la pena recordar que Brasil tiene la más alta tasa de homicidios del mundo y que, en 2015, alcanzó los 60.000 asesinatos: la mayoría de ellos son hombres jóvenes negros.

“Se ha hecho muy poco para reducir el número de homicidios, controlar el uso de la fuerza por la policía, o garantizar los derechos de los pueblos indígenas tal como se afirma en la Constitución de Brasil. Los Estados miembros de la ONU deben decir con claridad a Brasil que esto tiene que cambiar”, concluyeron.

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