En las últimas horas se conoció un hecho gravísimo que no tiene antecedentes en la historia argentina: un sindicalista sufrió un “envenenamiento por radiación”.

Tal confirma “Ambito”, Damián Straschenco, secretario adjunto del gremio de Luz y Fuerza de Zárate y trabajador de Atucha, fue contaminado con material radiactivo puesto en una botella de agua que tenía dentro de su oficina.

“La denuncia fue radicada ante la Justicia federal, que caratuló el caso como ‘intento de homicidio’.  El hecho, inédito en la Argentina y que reviste gravedad internacional por tratarse del manejo irregular de agua pesada, se produjo el 9 de mayo en la empresa, bajo control de la estatal Nucleoeléctrica”, aseveró el periodista Mariano Martín en su nota.

Straschenco confirmó que el nivel de radiación hallado en su cuerpo, según los estudios preliminares, “oscila entre 130 y 180 milisieverts, cuando la medida máxima tolerada para un trabajador expuesto a la actividad del reactor nuclear es de 20 milisieverts por año”.

Tanto desde el entorno del gremialista como desde Nucleoeléctrica advirtieron de que se trata de un “hecho deliberado y malicioso”. Lo acontecido cobra otro cariz si se tiene en cuenta, además, las resistencias generadas en varias zonas del país tras el anuncio del gobierno de Mauricio Macri de construir dos centrales nucleares más con capitales chinos.

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