Casi una década de gestión del PRO en la Ciudad de Buenos Aires dejó, al menos por el momento, un slogan entrador (“Ciudad Verde”) y pocos resultados: la relación entre espacios verdes y habitantes en el ámbito porteño es la más baja de latinoamérica.

“Voy a ser el jefe de gobierno que más espacio verde va a incorporar en la ciudad de los últimos años”, prometió Horacio Rodríguez Larreta en una entrevista reciente con “La Nación”.

“En este mandato le vamos a sumar a la ciudad 110 hectáreas más de espacios verdes. Voy a ser el jefe de gobierno que más espacio verde va a incorporar en la ciudad de los últimos años”, agregó el funcionario porteño.

“Hoy el Tiro Federal no lo pueden aprovechar los vecinos. Y el 30% de lo que se haga allí será de espacio verde nuevo para los vecinos. (…) Estamos tomando estas medidas. El Paseo del Bajo, la traza que quedará en las villas 31-31 bis cuando corramos la autopista Illia y el resto de las obras suman verde donde antes no había”, remató.

Pese a las declaraciones del Jefe de Gobierno, la situación dista de ir en esa dirección: la especulación inmobiliaria, la presión sobre los más desfavorecidos y las dificultades crecientes para vivir en la Capital Federal se agudizan.  De la mano de “engendros” como la Agencia de Bienes S.E, en los últimos años se han conocido un largo tendido de políticas y proyectos de ley que favorecen a empresarios y manos privadas en detrimento de los espacios públicos.

Según los números disponibles de la Dirección General de Estadística y Censos del Ministerio de Hacienda porteño, la proporción de espacios verdes por habitante bajó de 6 metros cuadrados por habitante en 2006 a 5,9 metros cuadrados en 2014.

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