El gobierno de Theresa May perdió una importante parada política este último 8 de junio: tras desdecirse y declarar unas elecciones generales para obtener mayoría absoluta, la primer ministra británica sufrió una dolorosa derrota en manos del laborismo, concentrado en la figura de Jeremy Corbyn.

Pese a que había prometido renunciar a su cargo si perdía 6 bancas en manos de la oposición – perdió 14 – May se mostró dispuesta a “formar gobierno” con ayuda de los “unionistas de Irlanda del Norte”.

“Acabo de ver a su majestad la Reina y ahora formaré gobierno, un gobierno que pueda proporcionar certezas y conducir al Reino Unido hacia adelante en este momento crítico para nuestro país”, aseveró desde el número 10 de Downing Street, al término de un encuentro de 15 minutos con Isabel II.

“Lo haré con el apoyo de los unionistas de Irlanda del Norte, para cumplir la promesa del #Brexit y mantener nuestra nación segura, concretando el cambio que empecé después de los aterradores ataques en Manchester y Londres – luchando contra la ideología del extremismo islamista y contra todos aquellos que la apoyan”, prosiguió con dureza.

“El gobierno que lidero pondrá la justicia y la oportunidad en el corazón de todo lo que hacemos, para que cumplir juntos la promesa del Brexit y – en los próximos cinco años – construir un país en el que ninguna persona y ninguna comunidad se quede atrás. Un país en el cual la prosperidad y la oportunidad se comparten a través de este Reino Unido”, remató May.

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