A fines de junio, la Policía Metropolitana de Londres confirmó que el fuego que consumió la mayor parte del edificio de viviendas sociales en donde murieron 79 personas se originó por una falla eléctrica en el congelador de una heladera.

“Ellos tienen la obligación de saber qué significa haber encontrado ‘trece restos’. ¿Son partes del cuerpo? ¿Cenizas? Tienen que saberlo. ¿Por qué no me lo dicen? Me siento enojado y confundido. Tienen que explicarlo”, afirma Nabil Choucair tras perder a seis familiares en la tragedia.

La policía le dijo por el momento que encontraron “trece restos” en el piso número 22 donde su hermana vivía: no le dijeron ni una palabra más.

“No sentimos que nos estén dando las respuestas que queremos y necesitamos. Hay un límite en que no cuentan nada. Necesitamos saber qué le pasó a nuestra familia”, remató en diálogo con “The Guardian”.

A un mes de la tragedia, no son pocos los casos como los de Choucair. Decenas de personas vagan desde aquel día por las calles cercanas a la Grenfell Tower con fotos de familiares que están “desaparecidos”: las autoridades los han dado por muertos pero sin brindar mayores precisiones.

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