La reforma laboral brasileña puso en el tapete la cuestión sindical y laboral en la Argentina: empresarios y funcionarios del gobierno comenzaron a plantear la posibilidad de renegociar convenios colectivos para flexibilizarlos y la central obrera salió con los tapones de punta.

“En realidad, lo que se está buscando es ajustar por el lado de la cadena más débil, que es el asalariado, y no creo que esa reforma genere un mayor crecimiento económico y, en todo caso, si lo logra, será multiplicando la desigualdad”, aseveró Juan Carlos Schmid, uno de los integrantes del triunvirato de la CGT.

“Las inversiones no llegan no por los convenios colectivos, sino porque se ha derrumbado el consumo, hay una alta carga impositiva, hay problemas en los cuadros tarifarios, hay falta de acceso al crédito para la actividad productiva y una alta especulación asentada en el sector financiero”, subrayó el gremialista. “Con el planteo de una posible reforma laboral, el gobierno lo que hace es ocultar otras variables que no están funcionando”, remató.

Por último, Schmid se refirió a la situación del país: “Hay una cuestión generalizada de gente que no llega a fin de mes, aumento de la pobreza y falta de expectativas de mejora en los próximos meses”.

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