La situación está cada vez más tirante: Mariano Rajoy confirmó que, ante la “actitud” del gobierno catalán, se procederá formalmente este sábado con “la puesta en marcha de mecanismos para la intervención” de la región.

Es la primera vez en 40 años de democracia que se aplica semejante medida extrema, cristalizada en el “Artículo 155”. Pese a la amenaza, los analistas políticos advirtieron que “no deben esperarse medidas concretas” en el corto plazo.

En primer lugar, el gobierno español anunció una reunión “extraordinaria” de gabinete para analizar qué medidas se adoptarán: recién a partir de ahí se verá que camino trazan las autoridades.

Carles Puigdemont, líder de la Generalitat, insistió por su parte en que España “no quiere una solución política” para Cataluña.

“La suspensión de la declaración de independencia sigue vigente. (…) El gobierno persiste en impedir el diálogo y en continuar con la represión”, advirtió en una carta publicada diez minutos después del “plazo” que le habían brindado las autoridades españolas para que comunique si se había o no declarado efectivamente la separación de la región.

“Pese a todos estos esfuerzos y nuestra voluntad de diálogo, que la única respuesta sea la suspensión de la autonomía indica que no se es consciente del problema y que no se quiere hablar”, remató Puigdemont.

Mientras tanto, el PDeCAT y ERC, los dos partidos de la coalición “Junts pel Sí” deslizaron que, a partir de este sábado, se sentirán “liberados” para levantar la suspensión de la declaración de independencia si La Moncloa aplica el artículo 155. La CUP, por su parte, insiste en que se debe declarar la independencia “cuanto antes”.

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