“No vamos a seguir insistiendo con la desaparición forzada si las pruebas muestran otra cosa. Nuestra forma de educación no es salir a romper todo. No nos queda otra que confiar en la justicia”, aseguró Andrea, esposa de Sergio Maldonado, en diálogo con “El País” de España.

“Estamos como en un duelo infinito, estancados. Si pienso con el corazón, le tiro una bomba a la Casa de Gobierno, pero yo sé que tengo que pensar con la cabeza. Mi hermano Germán tiene otro pensamiento, está más dolido y no puede diferenciar eso. Yo trato de ser lo más coherente que puedo, no quita que en algún momento no lo pueda lograr. Hasta ahora, con Andrea, cuando uno se desvía el otro lo agarra de la mano”, agregó el hermano del joven artesano.

“Santiago no confiaba en la Justicia, en los políticos y las religiones. O sea, en el Estado. Entonces, todo lo que nosotros estamos utilizando, él no lo hubiera utilizado y no hubiéramos llegado a nada. Y aclaro que yo no hubiese ido a hacer lo que hizo él, porque no tengo ni la capacidad ni las bolas necesarias”, subrayó.

En torno a cómo sigue adelante la causa, y tras señalar el “apresuramiento” del juez para decir que no había “marcas visibles” en el cuerpo de Santiago Maldonado, explicó: “El tema es en qué marco se ahogó. Hipotéticamente murió ahogado, pero, ¿Cómo?, ¿Estaba pescando?. ¿Por qué cae ahí? ¿Murió en ese lugar o en otro lado? ¿Dónde estuvo el cuerpo? Es claro que los 78 días no estuvo en ese lugar. Si hipotéticamente estuvo en ese lugar, ¿Qué hicieron en todos los rastrillajes?. ¿Por qué no lo vimos nosotros que pasamos por allí? El lugar se veía de todos lados. Cuando desapareció había 30 centímetros de agua en ese lugar y cuando lo encontramos el cuerpo estaba enganchado de una ramita de un centímetro de espesor. (…) El cuerpo se puso”.

También habló sobre las dos “patas” que, desde los medios, apuntan como los que podrían ser los responsables de la muerte de su hermano: “Yo no confío en nadie. Pero si tenemos que elegir entre los mapuches, que desde un principio nos dicen una versión que siguen sosteniendo, y Gendarmería que nos dice que no estuvo ahí y en realidad sí llegaron al río, no es muy difícil de pensar en quién uno va a confiar”.

“Ponen a Santiago como algo para estar a favor o en contra, ¡pero es una vida! Podés estar de acuerdo o en desacuerdo con algún gobierno en lo social o económico, pero no podés estar a favor o en contra de la muerte de una persona. Hay una parte de la sociedad que cuando se sepa la verdad va a seguir pensando lo que quieren. No van a aceptar otra cosa”, concluyó.

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