La calidad del aire era mala pero, en las últimas semanas, alcanzó “niveles de emergencia”: la situación en Nueva Delhi, la principal ciudad de la India, es desesperante.

Los doctores del Hospital Ganga Ram advirtieron que la situación los abruma: “La gente viene, le hacemos una nebulización y sigue. Esto es una verdadera crisis de salud pública”.

El polvo, las emisiones tóxicas industriales, el CO2 de los vehículos combinado con las bajas temperaturas, los vientos y una quema de basura en el norte del país generó un “microclima” fatal en una de las regiones más pobladas de plantea.

“El aire tiene metales pesados y otros cancerígenos. Su toxicidad supera por 30 veces los límites de la Organización Mundial de la Salud. Los efectos para las personas son tremendos: es como si fumaran 50 cigarrillos al día”, explicaron especialistas.

En el medio, el gobierno local tuvo que actuar: más de 6.000 escuelas tuvieron que cerrar por la peligrosidad de que los chicos concurran a clases y tuvieron que tomar medidas para “racionar” el tráfico.

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