El conjunto “albiceleste” arrancó el partido en Krasnodar tal como Jorge Sampaoli lo sueña: con dominio de pelota, presión alta y asfixia al rival a la hora de sacarle el balón.

En unos 45 minutos netamente superiores, el equipo argentino se fue al vestuario en ventaja gracias a los goles de Ever Banega, de tiro libre, y del “Kun” Aguero tras una buena asistencia de Pavón.

Sin embargo, Iheanacho, ex Manchester City, descontó sobre el final de la primera parte avizorando un segundo tiempo más complicado para la Selección Argentina.

Y tal como se esbozaba, así fue: en menos de diez minutos ya iba perdiendo 3 a 2: Iwobi e Idowu lograron derrotar a Agustín Marchesín para poner en ventaja a los nigerianos.

Mientras Sampaoli no paraba de meter cambios para que jueguen todos y darle dinámica al equipo, los africanos se retrasaron en el campo y, de contragolpe, empezaron a lastimar: Iwobi, con otro golazo, terminó poniendo el 4 a 2 a quince del final.

De ahí en adelante todo se hizo aún más cuesta arriba para los argentinos: perdidos en la cancha, con nerviosismo y poco juego, Nigeria se envalentonó un poco más y la reacción de los “albicelestes” fueron una suerte de “espasmos” de orgullo que ideas claras.

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