La desaparición del submarino ARA San Juan produjo, a casi un mes del último contacto, los primeros efectos políticos “concretos”: el Ministerio de Defensa, en conjunto con el jefe de la Armada Argentina, empezó a depurar provisoriamente a algunos altos mandos de la fuerza.

Mientras la búsqueda de la nave sigue su curso en el área el Golfo San Jorge, cercana al Puerto de Comodoro Rivadavia, el almirante Marcelo Srur suspendió a un alto oficial debido a una “falta de disciplina”.

La sanción recayó en el contraalmirante Luis Enrique López Mazzeo, comandante de Adiestramiento y Alistamiento de la Armada (COAA). Según Clarín, en solidaridad con Lopez Mazzeo, “los 3 comandantes de la Aviación Naval, la Infantería de Marina y la Flota y el Jefe de Mantenimiento pidieron su pase a retiro”.

Desde el gobierno afirman que la idea es que “sigan perteneciendo a la fuerza” pero “corridos de sus puestos” hasta tanto se conozcan los resultados de las auditorías internas dentro del Ministerio de Defensa y el avance de la causa judicial que está a cargo de la jueza federal de Caleta Olivia, Marta Yáñez.

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