El último informe del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) arrojó que el 31,4% de los argentinos vive actualmente en una situación de pobreza, lo que representa a unas 13,5 millones de personas; y que hay un 5,9% de personas en situación de indigencia, representando cerca de 2,5 millones de argentinos.

Más allá de la disidencia con las mediciones y la metodología que utiliza la universidad, los expertos se mostraron preocupados por el crecimiento de la indigencia: esto, aseguran, está estrictamente relacionado a la suba descontrolada de los precios de los productos básicos alimentarios que se sitúan por encima de la inflación general.

Isaac Rudnik, titular del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCI), habló con Gustavo Sylvestre sobre la magnitud del problema que esto representa: “El propio informe del Indec da un nivel de indigencia más alto que el de la UCA, porque daba en el primer semestre un 6,2% a nivel nacional pero en el conurbano bonaerense era de 8,2%, que es donde se concentra un 40% de los indigentes de todo el país”.

“La AUH en el último año aumentó un 28%: esto si uno mira superficialmente puede parecer que subió por encima de la inflación, pero si analizamos los precios de cada alimento la situación es distinta. Porque en ese lapso las papas aumentaron un 70%, los tomates un 44%, el yogur un 43%, la leche y quesos 33% y el dulce de batata un 48%, lo cual explica por qué aumenta la indigencia y la malnutrición”, explicó.

“Lo que notamos es una suba de malnutrición. Cuando el gobierno se niega a generar cualquier tipo de medida reguladora de los precios de la canasta de los alimentos, ayuda por acción u omisión a que este tipo de situaciones se agraven cada vez más”, remató.

Comentarios

comentarios