Las trayectorias errantes a veces terminan encarnando en una persona y construyendo un cóctel fabuloso: Luca Prodan, un italiano que estudió en Escocia y se pasó buena parte de su juventud en las calles de Londres terminando años después en un rincón del cono sur, es fiel prueba de ello.

Hace 30 años atrás, pocas horas después de brindar un show junto a la banda Sumo en la cancha de Los Andes, entre la noche del 21 de diciembre y en la madrugada del 22 de diciembre, fallecía el músico y se empezaba a convertir en un mito del rock argentino.

Despegándose estéticamente de Luis Alberto Spinetta y Charly García, quienes dominaban desde hace años la escena musical, Luca Prodan retomó una vieja tradición del rock latino y la hizo estandarte: decidió cantar en inglés, justo después de la Guerra de Malvinas y de una dictadura cívico militar atroz que, entre otras cosas, se ensañó con todo lo que no católico y “foráneo”.

“Yo viví siete años en Londres y tuve que dejar todo y venirme porque la heroína me estaba matando. La heroína es como la mamá eterna, es como el útero que te protege… Con ella no se jode, por algo es la segunda droga en importancia: la primera es el poder”, supo definir, en una de sus grandes entrevistas, buena parte de su vida y al problema que, según muchos, terminó apagándolo aquella noche de verano en plena “primavera alfonsinista”.

Este sábado, en el “Auditorio Kraft”, de 21 a 23.30,  estará “LO MEJOR DE SUMO” a través de PARLANTES HOLOFONICOS, de 5 metros de altura, y en medio de una oscuridad total.

Esta tecnología reproduce la naturaleza tímbrica del sonido de una manera única y la oscuridad permite liberarse del entorno.

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