Otra noche de protestas, enfrentamientos y disturbios en Irán dejó el trágico saldo de 9 personas muertas, elevando a 21 las víctimas fatales en la última semana, entre las que se incluye a un niño de once años que se encontraba junto a su padre.

Además, la televisión estatal indicó que alrededor de un centenar de personas fueron detenidas en la Provincia de Isfahán, uno de los epicentros de las manifestaciones que comenzaron en Machhad, la segunda ciudad más poblada del país.

El líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei, culpó a los “adversarios de Irán” de estar detrás de los acontecimientos: “Los enemigos han usado distintas herramientas como dinero, armas, política y aparatos de inteligencia para crear disturbios en la República Islámica”, disparó.

Sumado a ello, el presidente del Tribunal Revolucionario de Teherán, MusaGhazanfarabadí, amenazó a los manifestantes con acusarlos de delitos graves, entre los que figuran “atentar contra la seguridad nacional” y la “enemistad con Dios”: ambos están penados con la condena a muerte.

Aunque las protestas contra el gobierno y las dificultades económicas, el desempleo, la carestía y la corrupción han ido in crescendo a lo largo de los últimos días, son muchos los que, pese a no estar contentos con la situación del país, intentan evitar que se caiga en los conflictos internos que sufrieron Siria e Irak.

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