El fútbol argentino agota ciclos con bastante velocidad y lo que rodea a los jugadores contribuye, en buena medida, a que esto suceda.

El caso de Ezequiel Barco es una muestra más de ello: este jueves Independiente volvió a los entrenamientos luego de sus vacaciones y bajo el mando de Ariel Holan pero la promesa del club no apareció por Villa Domínico.

El juvenil de 18 años está molesto con la dirigencia del club porque rechazó la oferta de 16 millones de dólares que realizó el Atlanta United por él: Moyano y compañía piden 24 millones limpios por el jugador pero el representante de Barco considera que la suma ofrecida es más que suculenta y tentadora.

Enojado, dolido y decepcionado, el volante de Independiente se puso en pie de guerra: aunque Ariel Holan lo respalda, la decisión no cayó para nada bien en los hinchas y parte de la Comisión Directiva: ¿Terminará bien esta historia?

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