La semana pasada las low-cost fueron noticia luego de que un vuelo de prueba de Fly Bondi fuera abortado a doce minutos del despegue por un desperfecto ténico.

Pablo Biró, representante del gremio de los pilotos, advirtió con dureza que los controles sobre los aviones son muy pobres y dijo que “hasta que no haya una catástrofe a esto no lo para nadie”.

El que salió a responderle públicamente fue el presidente de Aerolíneas Argentinas, Mario Dell’ Acqua: defendió el ingreso de las compañías de vuelos baratos y dijo que no afecta en nada a la empresa que él mismo comanda.

“Acá hay lugar lugar para todos los que quieran traer aviones. El mercado nuestro está por muy por debajo de lo que debería”, señaló en diálogo con Radio La Red.

Consultado sobre las declaraciones del sindicalista, remató: “Sus dichos fueron desafortunados. Todos trabajamos para que no haya ninguna catástrofe”.

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