No llegó a ser tan grande como la inundación de 1910 y ni siquiera la subida del agua alcanzó los niveles del 2016; sin embargo, las lluvias y la crecida del Río Sena volvió a alarmar a los parisinos.

Entre el domingo por la noche y la madrugada del lunes, el río alcanzó el máximo previsto por los expertos: llegó a los 5,84 metros.

De no mediar ningún inconveniente, el lento descenso comenzará en las próximas horas y el retorno a la normalidad en las calles de la capital francesa se logrará recién dentro de una semana.

Las autoridades ya avisaron que durante algunos días se mantendrán cortadas las vías paralelas al río y varias estaciones del tren cercanas. Además, se mantendrá el estado de emergencia en los museos de Louvre y Orsay.

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