Pese a que la situación en Mendoza mejoró, la Provincia de La Pampa continúa bajo fuego: bomberos y brigadistas no pueden parar los focos de incendios rurales activos desde fines del 2017.

Según confirmaron las autoridades en un parte difundido en las últimas horas, hasta el momento se contabilizan unas 600 mil hectáreas afectadas desde el inicio de la temporada estival y más de 1.000 animales muertos.

Según un informe del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), entre el 24 y el 30 de enero el área afectada se incrementó en 174.000 hectáreas debido a un nuevo foco generado al sur del Departamento de Utracán que se extendió hasta Lihué Calel.

Pablo Vázquez, especialista en modelos del área de gestión ambiental y recursos naturales del INTA Anguil, La Pampa, aseguraba tiempo atrás que “La arbustización generalizada, la mala distribución de la carga animal, debida a la escasa distribución de aguadas en los establecimientos y cinco años de lluvias por encima de la media histórica generan las condiciones ideales para la acumulación de grandes volúmenes de la materia seca fina que propicia la ocurrencia de incendios”, explicó Pablo Vázquez, del Inta Anguil de La Pampa.

La capital provincial, Santa Rosa, viene amaneciendo varias veces por semana con densas cortinas de humo que cubren el cielo e imposibilitan la buena visibilidad.

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