? Foto: Nicolás Aboaf

“Si bien entendí que no se podía terminar todo rápido, viví muy intensamente durante cuatro meses y medio. Pensé que enero iba a ser tranquilo con la feria judicial, pero arrancamos el año con el ascenso del gendarme Echazú, por lo que no puedo quedarme. Tuve que salir”, aseguró Sergio Maldonado en diálogo con “Perros de la Calle” de Radio Metro.

“La autopsia marcó ahogamiento o asfixia por sumersión: cómo, cuándo y dónde no se sabe. No sabemos qué día murió, en dónde, ni en qué lugar. Hubo siete rastrillajes antes de encontrar el cuerpo y en el mismo lugar donde lo encontraron hubo dos. (…) Había treinta centímetros de agua, si el cuerpo hubiera estado ahí se hubiera visto. Yo sospecho de todo porque las pruebas me dan para sospechar”, explicó el hermano de Santiago Maldonado sobre la cantidad cabos sueltos que hay en una causa que lejos está de cerrarse.

“Mi vida cambió 360 grados. Todo. Amistades. Yo necesito ahora estar en contacto con gente que te entiende, que te acompaña, que podés hablar. Yo en mi cabeza lo tengo a Santiago todo el tiempo”, contó ante los presentes. “Antes había cosas que me llenaban que ahora no les encuentro sentido”.

“No hay un día en que yo no lo llore a Santiago. En mi familia lo lleva cada uno a su manera. Yo lo siento así. Toda la familia lo extraña pero lo canaliza a su manera. Yo me puse al frente por una cuestión, no sé, de hermano mayor, que sentí la responsabilidad. Mis viejos están tristes”, agregó.

“Desgraciadamente todo pasa por los medios. A Otranto lo recusan porque prejuzgó en ‘La Nación’ que se había ahogado. Va todo por los medios. Lo que sale es como un testeo“, afirmó en torno a las operaciones y noticias que salen todas las semanas. “Cuando estaban los resultados de la autopsia todos dijeron: ‘ya está, se ahogó’. El mismo día del velatorio de Santiago apareció Rafael Nahuel con un tiro por la espalda. Y no salió nada”.

“Lo que más extraño de Santiago es la sonrisa. Era divertido. Lo quiero tener conmigo y no se puede. (…) Como aprendizaje, entiendo que no lo tengo a él. Pero que tengo muchas otras cosas. Pude conocer a un montón de gente, peléandola”.

“Te pueden gustar los mapuches o no, te puede gustar tal o cual religión. Pero no podes avalar una muerte por defender a un partido político. Yo en un principio no dije nada de Macri. Yo confiaba. Lo único que quería era que aparten a Gendarmería, que estaban implicados. Lo manejaron mal pero no fue casualidad. (…) Yo tengo bien claro que, más allá de este gobierno, si esto no se resuelve, voy a tener que seguir golpeando las puertas en el Estado. Fue el Estado”, concluyó.

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