René Orlando Houseman nació en La Banda, Santiago del Estero, en 1953: con su familia, de pequeño, se instaló en la villa del Bajo Belgrano, todos orígenes que reivindicó a lo largo de su vida.

El “Loco” gambeteó toda la vida en la cancha, jugó dos mundiales con la Selección Argentina, saliendo campeón del mundo en 1978, y se convirtió, además, en una de las glorias de Huracán.

Una de las frases recurrentes en sus entrevistas, al ser consultado por el día en que le dio la mano al dictador Jorge Rafael Videla tras coronarse con la Selección Argentina, fue mostrar arrepentimiento.

La dura pelea que mantuvo con el alcoholismo le trajo muchas anécdotas graciosas, como cuando marcó un gol en estado de ebriedad ante River en el Torneo Metropolitano de 1975: el arquero era, nada más y nada menos, que el “Pato” Fillol.

Producto de un cáncer de lengua detectado en 2017 y que lo tuvo a maltraer todo este último tiempo, el último wing falleció este jueves a los 64 años de edad.

Sus restos comenzaron a ser velados el jueves por la tarde en el Estadio “Tomás Adolfo Ducó”: allí Houseman deleitó a los espectadores con las mejores gambetas. Ya el viernes por la mañana, el cuerpo pasará por la cancha de Excursionistas, su otro gran amor, para luego ser depositado en el Cementerio de la Chacarita.

Los homenajes al gambeteador llegarán al climax en la previa del choque entre Argentina e Italia en Manchester: además del minuto de silencio, los jugadores “albicelestes” lucirán un brazalete negro. ¡Qué descanses en paz René!

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