Entre aplausos y abucheos, posturas encontradas y recelos, el Concejo Deliberante de Gualeguaychú aprobó el proyecto enviado por el ejecutivo municipal que prohíbe el uso de glifosato, el agrotóxico que más se utiliza a nivel mundial para tirar en los campos.

El mismo fue analizado por doce concejales y, luego de casi tres horas de debate y algunas interrupciones del público presente, fue aprobado por nueve votos afirmativos: los tres que votaron en contra eran de “Cambiemos”.

No deja de ser importante remarcar que el lugar estuvo colmado por vecinos y organizaciones ambientalistas que se dieron cita para escuchar el debate: buena parte la sociedad entrerriana viene desde hace tiempo reclamando por medidas efectivas para frenar las fumigaciones que traen aparejadas una serie de enfermedades graves para los locales. Teniendo en cuenta que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el glifosato es uno de los principios activos que “se clasifican como probables carcinógenos para los seres humanos”, la relevancia de la ley caía de maduro.

A mediados del 2016, un estudio de un periodista local mostró como la progresión en la cantidad de enfermos de cáncer fue creciendo exponencialmente en la última década: en el año 2000 se registraron 270 casos; en 2010 se detectaron 420 casos y, ya para 2014, hubo 720 casos confirmados.

Los datos, en este caso, no dejan mentir: el promedio de casos de cáncer diagnosticados en Gualeguaychú es casi tres veces mayor a la media nacional.

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